¿Qué pasa con la escuela TIC? Reflexión inicial

¿Que si se ha modernizado nuestro sistema educativo?  Obviamente sí, estaría bueno, no se puede ir en contra del signo de los tiempos ni negar la evidencia.  Nuestro sistema educativo se ha modernizado.
La introducción de las TIC en las aulas es uno de estos factores de modernización.  Ha sido la excusa, el reclamo para remover metodologías y prácticas educativas, el medio para enriquecer experiencias, acercar lo lejano, evidenciar lo oculto,.....  Al menos en potencia.  Hoy por hoy son posibles y cotidianos procedimientos inviables o inimaginables hace veinticinco años, cuando empecé mi andadura en esta profesión.



Sin embargo, introducir la tecnología en las aulas, no garantiza que se integre en el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera adecuada.  Su mera existencia no garantiza modernización.  Que los alumnos estén en filas contemplando una pizarra digital no es más moderno que lo hagan contemplando una pizarra verde. Tener un buena conexión, terminales adecuados y óptima infraestructura de red no garantiza per se un uso integrado de las TIC. No obstante, el factor material importa.
Las diferentes administraciones educativas han destinado recursos y esfuerzos muy importantes para facilitar esta integración.  En múltiples campos:
  • Dotaciones (pizarras digitales, aulas digitales, minipc, tabletas,...)
  • Infraestructuras (redes y servidores de centro y aula, satélites y banda ancha en zonas rurales,...)
  • Formación en TIC (son innumerables las horas de formación que los centros de profesores han destinado y destinan a este fin, en muchos años ha superado el 50% de su tarea) y formación en nuevas metodologías a las que las TIC sirven como un guante
  • Apoyo institucional (red de maestros colaboradores en Castilla y León, acreditación TIC de los centros, figura de responsable TIC, plan TIC de centro, funcionamiento de grupos de apoyo provinciales,....) 
Me da la impresión de que, aunque dotaciones, infraestructuras, formación y apoyo son, en términos generales, suficientes, hay lagunas y dificultades.  Obstáculos que muchos profesores toman como reto para superarlos de manera creativa, pero la mayoría los toman como excusa para justificar su inmovilismo.  Observo profesores innovadores que apenas hacen uso de las TIC.


Y, en el extremo opuesto, profesores que utilizan toda una panoplia de aparataje TIC para metodologías y tareas obsoletas e inadecuadas que tienen más sentido ser abordadas con papel y lápiz.




Y en el medio, los superviventes.
En mi opinión, la integración de las TIC solo se logrará cuando el balance entre necesidad / oportunidad / beneficio / facilidad de uso sea equilibrado.

¿Cómo debiera ser una escuela plenamente integrada en la sociedad digital?  La respuesta creo que es de perogullo.  Cuando la sociedad sea digital, la escuela lo será, necesariamente.  Cuando los usos y costumbres sociales lo requieran , cuando los dispositivos no sean elementos artificiosos, cuando una buena conexión no sea una quimera, cuando lo natural sea usar un móvil y no una libreta.  La sociedad digital exigirá escuela digital.  Y no viceversa.





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